jueves, abril 13, 2006

LEER, LEER Y LEER...

Las tres últimas lecturas en las que he andado ocupado me sirven para repasar, de forma breve, tres estilos, tres autores y modos de vivir: “Jubiabá”, de Jorge Amado; “Las tribulaciones del joven Törless”, de Robert Musil; e “Hijo de hombre”, de Augusto Roa Bastos. He ahí una breve semblanza:

Jorge Amado ambienta “Jubiabá”, igual que muchas otras de sus obras, en la vida de Bahía, su ciudad natal. Es un observador que, desde un realismo comprometido, describe la magia de la gente humilde. Narra la historia de un negro boxeador, descendiente de los primeros negros nacidos en América, no muy lejanos de los antiguos esclavos, que sufre las mismas desigualdades sociales que le unen a los personajes que desfilan por la novela, hijos de esclavos, de la pobreza y la discriminación. Al mismo tiempo asistimos a un análisis antropológico de los ritos y celebraciones de una cultura que se niega a desaparecer; resulta especialmente interesante la descripción de la ceremonia de una macumba. Todo ello con el estilo ameno y humano de la prosa de Amado, que sabe pintar sentimientos y situaciones, que se deja leer fácil y disfrutar con avidez.

Grata sorpresa descubrir al Robert Musil de “Las tribulaciones del estudiante Törless”. Nos presenta los problemas de la adolescencia del joven Törless, que abandona su familia para ir al internado de una escuela militar. La nostalgia y la soledad le crean un dilema interior, que resuelve entregándose al placer de escribir. Dentro del hermetismo del ambiente militar que caracterizaba aquella época histórica, los jóvenes dudan, se relacionan y transgreden los límites de una moral cerrada. Musil aprovecha para describir los estados íntimos del hombre en forma de filosofía y espiritualidad, que extra?an por su madurez y elaboración, tratándose de unos jóvenes. La prosa sorprende por su claridad, limpia y estructurada, en la exposición y desarrollo de los sentimientos, que analiza y razona; y en la expresión de los pensamientos, lúcida, que hace cómoda su lectura.

En “Hijo de hombre”, Augusto Roa Bastos pone en boca del narrador los recuerdos de Itapé, lugar donde nació; y de sus gentes, con fama de herejes, como así lo atestigua la leyenda del Cristo del cerro, clavado en la cruz negra. En forma de diario relata la guerra del Chaco, contra los bolivianos, que tan profundamente marcó a la sociedad paraguaya. Las vidas individuales de los personajes que se suceden describen una realidad social injusta y la convulsión política que azotaba al país en aquel tiempo. La lectura se torna dificultosa en ciertos tramos, estos personajes surgen y desaparecen a lo largo de la novela en varias ocasiones. Las palabras y expresiones guaranís, con sus giros y matices naturales, tienen difícil traducción al castellano, pero Roa Bastos las intercala en un intento de aunar ambos idiomas, al menos en ese experimento lingüístico, del que se muestra un experto y conocedor único. Merece la pena seguirle entre descripciones, costumbres y paisajes de un pueblo del interior como en el que se crió; del todo recomendable.

Luis Tamargo.-

? FELICES LECTURAS, AMIGOS/AS !

martes, abril 04, 2006

LEER a Arturo Pérez-Reverte

..."El pintor de batallas" es un alto en el camino de la vida que Pérez-Reverte utiliza para contemplar con perspectiva de madurez las dos etapas de su desarrollo profesional, la de periodista y la de narrador:

-?Sigue pensando que es mejor no conocer personalmente a los autores de nuestros libros favoritos?
Tengo la certeza absoluta. Creo que el lector pierde mucho cuando conoce al autor. El autor debe conocerse por su libro. Primero, porque un libro es ficción y uno no siempre es responsable de lo que dicen sus personajes. Un exceso de información ajena al libro puede perjudicar la lectura del mismo.
-?Es usted tan certero en su forma de hablar como en sus artículos?
A veces sí y a veces no. Lo que no soy es tan mal hablado. Mis artículos son un género literario concreto. Con sus reglas específicas. Pero ese lenguaje no me lo llevo ni a mis novelas ni a la calle(...). Es un error pensar que ésa es mi forma de hablar o de relacionarme.
-Parece ser que 2006 va a ser el A?o Pérez-Reverte: nueva novela, estreno de película sobre Alatriste, nueva novela sobre Alatriste, edición infantil de "El Caballero del Jubón Amarillo"... ?Le agobia tanto protagonismo o le gusta que se hable tanto de usted?
Me agobia, me agobia. No me gusta. Pero, a veces, no lo puedes evitar. Son gajes del oficio. Tampoco puedo andar escondiéndome. De hecho, aquí estoy.
-Después de siglos de mezcla de gentes y culturas en la Península Ibérica, ?qué le parecen los sectarismos excluyentes de los nacionalismos en Espa?a?
Es duro bajar de pronto a toda esta mierda. Sobre todo cuando hacía nada estábamos hablando de una novela. Verse enfrentado de pronto con la mierda de la realidad cotidiana de este país miserable se hace muy complicado. ?Te vale eso como respuesta?
-?Qué opina de la "espantada" planetaria de su admirado Marsé?
No tengo nada que decir sobre eso. Marsé es mi admirado y punto. Cualquier cosa que haga me parece bien y justificada.
-Confiese: ?cuándo hará las paces con Umbral?
Ese asunto está cerrado y no tengo nada más que decir.
-Si tuviera que escoger una sola imagen fija de sus recuerdos de las guerras que vivió directamente, ?cuál sería?
Una calle de una ciudad en ruinas desierta, todo lleno de cristales rotos y el ruido que hacen mis botas al caminar sobre esos cristales en completa incertidumbre.
-?Cómo sería usted y su vida si nunca hubiese conocido la magia de los libros, si desde ni?o no hubiese crecido con ellos?
Eso no lo puedo ni imaginar. No es una vida imaginable.
-?Qué autores actuales me recomienda, que sean dignos de ser leídos?
Hay demasiados autores clásicos por leer antes que los contemporáneos. Empieza por el principio.
-?Cómo es que vive en Madrid si le gusta tanto el mar?
No vivo en Madrid. Vivo en la sierra de Madrid. Y lo hago porque la trayectoria de mi vida me ha obligado a estar cerca de determinados puntos en los cuales mi vida profesional se ha ido desarrollando. El día que esos puntos sean innecesarios, regresaré al mar.
-?Por qué se fue de TVE?
Porque tenía cosas más importantes que hacer. Había hecho lo que quería. Había dejado de tener fe en mi trabajo de reportero. Había cosas que quería aclarar sobre mí mismo. Quería escribir. Quería navegar. Quería leer. Y eso es todo.
-?Cómo se llama su velero?
Eso es asunto mío.
-?Acepta usted sugerencias, correcciones, de una persona que no sea la correctora de la editorial? ?Cree usted que una vez alcanzada la popularidad y el éxito de ventas podría recibir una negativa de su editorial para publicar una novela?
No, sólo del corrector de la editorial, que es amigo mío. Y más que correcciones son matices o gazapos o errores de los que yo no había sido consciente tras dos a?os de trabajo. Pero fuera de él, nadie más. Por otro lado, la editorial no me va a negar nunca un libro. Si ma?ana cojo una guía telefónica y le pongo unas tapas, me lo van a publicar. Eso no me preocupa. Pero hay una cosa que no olvido, y esta novela viene a hablar de eso. Estamos sometidos a una serie de avatares e imprevistos. Por eso no doy nada por sentado. Ni la popularidad ni el éxito. Yo vivo en territorio enemigo. Como cualquiera de los lectores. Lo que pasa es que yo soy consciente de ello.

*(Extraído del Suplemento Semanal de El País, Febrero 2006).-http://entrerenglones.blogspot.com