miércoles, septiembre 28, 2005

El universo íntimo de Juan García Ponce

Literatura y pintura se mezclan en Trazos y encuentros, exposición de homenaje a Juan García Ponce (1932-2003), en el
Palacio de Bellas Artes. Bien queasí sea: García Ponce fue un hombre que vivió con un pie en la literatura -sus novelas son cumbre del género en México- y con el otro en las artes visuales, como lo demuestra su obra ensayística en torno a pintores que van de Balthus a Vicente Rojo, de Paul Klee a Felguérez. Salvo una sala en que se exhibe la nueva y bellísima obra escultórica de Leonora Carrington, y el tercer piso consagrado al Museo de la Arquitectura, todos los demás espacios de Bellas Artes están ocupados por García Ponce en su triple faceta de escritor, ensayista y crítico de arte. La muestra reúne manuscritos, libros, fotografías, memorabilia y una colección de dibujos y pinturas de los artistas que le interesaron.
García Ponce, nacido en Yucatán, fue antes que nada un novelista, que se interesó desde sus inicios en los más altos maestros del arte de la novela universal. No tenía tiempo para escritores menores, intrascendentes inventados por la circunstancia. En la fotografía facsimilar de la parte central de su librero -la pieza que da entrada a la exposición, en la Sala Paul Westheim-, se concentra lo mejor de la literatura moderna, empezando por el austriaco Robert Musil, cuyo Hombre sin atributos es acaso la novela que más influyó en la literatura de García Ponce. Además de las ediciones en espa?ol, inglés y alemán de este libro, está todo Thomas Mann, todo Proust, todo Nabokov, todo Blanchot, todo Joyce, todo Kafka, todo Bellow, y Dostoievski y Borges y Faulkner y Dos Passos y Miller y Mallarmé, además de Styron, Camus, Rilke, Pavese y filósofos como Nietzsche, Wittgenstein y Heidegger: algunos de los nombres que anoto al azar y que conformaron el canon de García Ponce, sobre el muro, las fotografías de los escritores predilectos: Proust en su lecho de muerte, Joyce con su parche de pirata, Strindberg, Cuesta, Villaurrutia...
La impresión es la de visitar el estudio privado de García Ponce. Impresión que aumenta al revisar las vitrinas que contienen documentos personales del escritor. Su diario, por ejemplo, en una entrada de 1962: ‘’Hoy cumple mi padre 70 a?os. Lo celebramos en familia ayer. Horrible y patético. Me dolió mucho la soledad de mi padre en medio del fracasado intento de ‘familia’... Podría ser una familia pero es una cueva de locos... El más patético es Fernando (su hermano), destruido por su puritanismo, su tontería...’’ En esa misma época, José Emilio Pacheco le pide un cuento para La Cultura en México y lamenta la ‘’criminal’’ reducción de páginas de ese histórico suplemento cultural. Y Carlos , siempre ocurrente, le escribe: ‘’ Pese a tu afición por la literatura siempre te he considerado un buen escritor.’’ Están también los poemas que le envían Octavio Paz (‘’Sílabas son incandescencias/ También son plantas...’’), en 1976, y Ramón Xirau, en 1975: ‘’Tú fumas/ y en tus ojos la inocencia se funde...’’ Sergio Pitol, otro buscador de literaturas raras, le envía una carta de Varsovia en la que le recomienda al escritor Imaskiewicz... Sala intimista, en la que seguimos con fotografías del álbum familiar de García Ponce, desde su infancia en la casa de Itzimná, cerca de Mérida, donde aparece él con su nana Nipita, con su abuela y su tía, con su hermano Fernando, a quien sólo le llevaba once meses. Una vida de burguesía de provincia, dominada por el padre imponente, Juan García Rhodes. Más adelante, el retrato de su boda con Mercedes Oteyza y las fotografías con sus hijos, Mercedes y Juan, en la playa de Chixulub o en Nueva York, donde estuvo gracias a una beca de la Fundación. En 1956, recibe el Premio de la Ciudad de México, de manos del Presidente Ruiz Cortines, por su primera obra, la pieza teatral El canto de los grillos. Ahí está la foto que lo demuestra, y la primera edición de esa ópera prima, así como las primeras ediciones de su obra novelística -La invitación, La casa en la playa, La noche, La caba?a, Unión, Inmaculada, La presencia lejana, De ánima, Crónica de la intervención- y ensayística (sobre Klossowski, Von Dorerer, Musil, Klee, Rojo, ...), hasta llegar a los recientes tomos de la Obra Reunida, publicada por el Fondo de Cultura Económica en 2003 y 2004. Una vida en imágenes: García Ponce en Estocolmo frente a la casa de Strindberg, en Dinamarca, ante el castillo de Hamlet; los tiempos de Difusión Cultural de la UNAM, donde editaba la Revista de la UNAM, junto a Pacheco, Huberto Batis, Juan Vicente Melo; los a?os de la Casa del Lago, al lado de Gurrola, Soriano, Melo, y la guapa Pixie Hopkins. La etapa de Plural, de EXCÉLSIOR, con Paz, Zaid, Rossi, De la Colina, Kasuya Sakai. Temporadas bajo el sol, en Acapulco, conVicente Rojo, Salvador Elizondo, Max Aub, Lillian Hellman.
Claro, están las mujeres de su vida, Mercedes, pero también Mich?le Alban, su otro amor, y María Helena Herrera, la fiel asistente que corregía incansablemente sus textos (su otra asistente, Angelina, está ausente de la muestra), una vez que la enfermedad hizo aparición. Una esclerosis múltiple que se declaró en 1967. A partir de ese a?o, García Ponce está en silla de ruedas o apoyado en un bastón... Ya deformado su mal neurológico irreversible y progresivo, García Ponce aparece en los últimos retratos de su vida junto a sus hijos y nietos.
Concluida esta parte íntima y literaria de la vida de García Ponce, pasamos a la parte de la pintura, donde lo que se intenta es establecer el diálogo que el escritor mantuvo con sus artistas dilectos, que muchas veces eran amigos suyos. El primer contacto es con su hermano Fernando García Ponce, uno de los baluartes de la generación de la ‘’ruptura’’, a la que Juan apoyó en sus escritos sobre arte. Sigue la obra de Arnaldo Coen con dos pinturas espléndidas, y Lilia Carrillo, con una obra temprana (1963). Un tríptico de Manuel Felguérez ocupa un extremo de la Sala Nacional, junto con obras del también yucateco Gabriel Ramírez. No podían faltar los Corzas ni los retablos de Gironella. Roger von Gunten y Vicente Rojo son los major representados en este elenco de Nueve pintores, como tituló García Ponce su libro de 1968 que marcó un hito la crítica de arte mexicana.
En la sala dedicada a los pintores más jóvenes figuran los hermanos Castro Le?ero, Gabriel Macotela, Irma Palacios, Miguel Alamilla y la austriaca, radicada en México, Ilse Gradwhol. Hay también cuadros de los espa?oles Saura y Gris, de Soriano y Cuevas, de Miguel Cervantes, amigo muy cercano de García Ponce y encargado de la curaduría general de esta interesante exposición.

*(Extraído del Supplemento cultural "Arena", por Pío Ramón, Septiembre de 2005).-

martes, septiembre 13, 2005

Suplemento Cultural ARENA :

El suplemento cultural "Arena" va abriéndose camino de acuerdo a la calidad de sus variados apartados: En Cinefilia, se hace la sinopsis de Muy parecido al amor. La película "rememora el primer encuentro fugaz a siete a?os de distancia: Emily, de semipunk liberada, Oliver, de estudiante con ambiciones de emprendedor. Nueva York como escenario de cita inolvidable y ceremonia individual en un panteón. La costa oeste de Estados Unidos para la vuelta al suelo de la realidad. Cinta de dos individuos dispersos en su sociabilidad. Desasosiego de la entrada a la madurez. Las divisiones temporales concluyen con la separación para disponer la nueva coincidencia, y la inefabilidad de que cada cual irá por su rumbo entreabierto".
Dentro de la sección Música en Arena, encontramos un elaborado repaso a los nuevos cauces del heavy metal, validando el sentido y la actualidad de esta corriente musical.
La trenza de sor Juana, trata de Elena Poniatowski, sobrina de la poeta Pita Amor que, lejos de sentirse apabullada por ello, incursionó en la literatura en 1973 con Lilus Kikus: “Fueron sus libros testimoniales y periodísticos los que revelaron su cara seria y profundamente comprometida: La noche de Tlatelolco y Fuerte es el silencio”. Con “La piel del cielo” ganó el Premio Alfaguara en 2001.
Mundo raro, nos presenta un libro tan extra?o como “Don Quixote and Sancho” (1958), de Federico Sánchez Fogarty. El trabajo es una versión parcial, en inglés, de la novela de Cervantes: apenas una fracción de la primera parte, centrada en las conversaciones de (por supuesto) Don Quijote y Sancho. “Es sólo que me quedé obsesionado con la idea de averiguar si la prosa de Cervantes podía hacerse sonar en inglés como suena en espa?ol, recapturando así sustancia y forma al mismo tiempo; la sustancia y la forma son inseparables en una verdadera obra de arte, pues si se les divorcia los efectos producidos (…) pueden ser diametralmente opuestos a la naturaleza del original".
A su vez, Artes visuales se hace eco de la trayectoria y galardones del artista mexicano Juan Soriano que, a sus 84 a?os, recibirá el Premio Velázquez de las Artes Plásticas 2005 el próximo 21 de Junio, en Espa?a; y de la pintura del colombiano Omar Rayo, donde los objetos del pasado recobran utilidad para la pintura contemporánea.
En el n? 327 la revista Arena ha tenido a bien publicar "Ventanas encendidas", uno de mis textos que tiene el honor de ocupar la sección dedicada al Relato dominical, por lo que les quedo de verdad agradecido. Sin duda, una revista seria que toca aspectos variados del mundo del arte en sus múltiples facetas y a la que, desde aquí, animo y aliento a proseguir en su excelente proyecto de difusión cultural.

*(Extraído del N?327 de "Arena", Suplemento cultural de EXCELSIOR Cía. Editorial S.C. de R.L.).-

viernes, septiembre 02, 2005

Certamen "Villa de Colindres"

- VII CERTAMEN LITERARIO DE RELATO BREVE "VILLA DE COLINDRES":

A finales de 1998 se falló por vez primera el concurso Villa de Colindres, destinado a premiar relatos en los que aparezca tratado el tema de la naturaleza y el medio ambiente. La presentación del volumen correspondiente a la VII edición tuvo lugar el pasado 23 de abril dentro de las celebraciones del Día del Libro. Ganó esta vez Vicente Fernández Saiz -accésit ya en 2004- con "El secreto de las marismas", hábil relato policíaco en torno al asesinato cometido para preservar un espacio natural; el segundo puesto fue para A. Olgoso, quien en "Los palafitos" presenta a un excursionista que descubre un maravilloso pueblo oculto a orillas de un lago. El jurado recomendó la publicación de "Billete al paraíso" donde J.J. Mogro Remolina aborda el tema de la inmigración ilegal en pateras y "Avalancha", relato satírico de J.A. Corral. Una edición muy elegante otorga aún más prestigio al certamen.

*("Extraído de El Diario Monta?és", Mayo 2005).-
http://leetamargo.mybesthost.com/entrerenglones.html