miércoles, julio 26, 2006

Lectura A MEDIA DISTANCIA

Mi segundo libro de relatos breves recién publicado, “A MEDIA DISTANCIA”, sale a la luz prologado por mi amigo, doctor y también escritor, don Javier Doménech. He ahí estas breves, pero plenas palabras de presentación de las que me honra ser testigo destinatario:

P R Ó L O G O

Al movernos por el paisaje de las creaciones artísticas, siempre luchan entre sí la magnificencia de lo grandioso frente al intimismo del sentimiento. Ambos son compatibles, complementarios y necesarios. Según los momentos podemos preferir escuchar una sinfonía de Beethoven más que una sonata de Mozart, podemos contemplar con más deleite una Anunciación de Fra Angélico que un óleo de Rubens, o encontrar más placer sintiendo en nuestras manos una porcelana china que acariciando un mármol del Partenón. Por razones similares, deambular por las recoletas calles de una peque?a aldea puede producirnos más satisfacción que el esplendor de un paseo por los Campos Elíseos.
La grandeza de las catedrales góticas nos asombra y nos maravilla, pero nuestra devoción no se mueve por sus dimensiones. El intimismo religioso encuentra mejor acogida en una humilde iglesia mozárabe, en una peque?a capilla. De la misma manera que el barroco sonido de un órgano que hace vibrar una fuga de Juan Sebastián Bach, no tiene porqué ser superior al chisporroteo de una vela bajo un peque?o icono bizantino. La belleza de las cosas no depende de su tama?o, sino del sentimiento que genera en quienes las contemplan.
Existen creadores que deslumbran por su exuberancia, por la genialidad de su lenguaje. Los versos de Calderón no pueden compararse con la sencillez de Gutiérrez de Cetina, ni Corneille con Verlaine, ni Shakespeare con Oscar Wilde o Goethe con Rilke. Junto a los autores que nos sobrecogen, abrumados por su grandeza en un síndrome de Stendhal que nos inmoviliza. Pero también existen los maestros del intimismo, aquellos que hilvanan experiencias personales y las trasfieren de tal forma que al acabar su lectura, te inunda una sensación de bienestar o inquietud que te unen fuertemente al autor.
De igual forma, existen músicos que embargan el ánimo en la grandeza sonora de hermosas composiciones orquestadas y otros que sólo precisan de las delicadas notas de un piano, o el intimismo de un grupo de cámara para transmitir el inmenso lirismo de su obra. No se requiere un gran coro para trasmitir la belleza de un canto, a veces son más sugerentes unas voces “a capella”. ?Quién nos llega mejor al corazón, “Carmina Burana” de Orff o el “Ave María” de Schubert?
Luis Tamargo describe con sencillez un mundo de peque?os cuadros en prosa, donde el lirismo se confunde con la descripción naturalista, con la sugerencia de un lenguaje evocador, con la vivencia personal que trasmite en muchos de sus relatos. La obra de Luis Tamargo posee matices de “literatura pictórica”, donde las sombras, los matices, los claroscuros de sus narraciones nos recuerdan las brumas marítimas de Turner. Su mundo de ensue?os nos aproxima, en ocasiones, al sorprendente René Margritte, sin que distingamos bien si la luz o la noche dominan el cuadro. Pero donde sentiremos más próximo el hálito de Tamargo será con la obra de un pintor americano, Edward Hopper, auténtico genio de la nostalgia, la sencillez y la soledad. Cuando se contemplan sus escenas urbanas o el intimismo de sus habitaciones, nos invade una atmósfera de sencillez y auténtica realidad envuelta en poesía.
En esa mezcla de Margritte, de Hopper, de Fra Angelico, de Rilke, de Chopin, de los anónimos canteros mozárabes, de la sencillez de una fila de chopos a la vera de un riachuelo, se mueve Luis Tamargo.
Pleno de metáforas originalísimas, -“ojos inertes de madera vieja”-, con descripciones oníricas donde la imaginación y el ensue?o se confunden en dentro de una inquietante niebla poética –“tenue sombra en un laberinto de misterios presentidos”-, de desconcertantes sue?os con evocaciones kafkianas –“Algo habrá hecho”, “Callejón perdido”-, de inquietantes vivencias kafkianas –“Vecinos lejanos”- o de íntimos deseos –“Siempre amigos”- la prosa de Luis Tamargo se desliza suave para sugerir múltiples sensaciones al lector. En ellas la descripción de un mundo de vivencias íntimas, de velados temores, se entrecruza con la realidad vivida, con el ensue?o anhelado, y la amargura de las experiencias personales se sublima en la poesía de los sentimientos sencillos.
Así escribe Luis Tamargo. A muchos nos gustaría sentir como él.

JAVIER DOMENECH.


??? GRACIAS, AMIGOS/AS, FELIZ LECTURA !!!


*(Prólogo de Javier Doménech al libro “A Media Distancia”, © LuisTamargo).-
http://sonrelatos.galeon.com/distanciaslupdf.pdf

sábado, julio 22, 2006

Lee N A R R A T I V A S


Dentro de las oportunidades literarias que ofrece la red hay lugares que se ganan el sitio a pulso por su calidad, por un saber hacer, serio y riguroso, a la hora de compaginar arte con diversión, llave mágica que merece el mejor de los elogios, como lo es siempre el hecho de armonizar cultura y ocio. Ese es el logro de la revista NARRATIVAS que, en su segundo número, nos acerca a la Literatura con un surtido variado de relatos, ensayos y novedades editoriales. Visitarla es aprender; podéis leerla en:


Tanto Magda Díaz Morales como Carlos Manzano, los editores de este proyecto, aportan una visión viva del actual panorama literario, a la vez que ofrecen una oportunidad a los autores poco conocidos -que no desconocidos- para que sus obras puedan llegar a ese público inquieto, ávido de novedosa actualidad, interesado siempre por el momento presente de la narrativa en castellano. Entre tanto artículo de calidad han tenido a bien incluir uno de los relatos de mi último libro publicado "A Media Distancia" y que, desde aquí, agradezco. A Magda algunos/as la conoceréis de su página blog en “Apostillas literarias”. Es doctora en Literatura, académica del Instituto de Investigaciones Lingüístico Literarias de la Universidad Veracruzana, Vicepresidenta de la Asociación Mexicana de Semiótica Visual y del Espacio (AMSVE):


Tan sólo nos queda animaros a continuar en esta línea y agradecer todo el trabajo
y dedicación que presuponemos cuesta tan comprometida aventura.
?Y buena suerte, por supuesto!



??? GRACIAS Y SALUDOS, AMIGOS/AS !!!
http://carlosmanzano.net/narrativas/narrativas02.pdf

martes, julio 11, 2006

LEE AUTORES NUESTROS...


Las letras hispanas se visten de gala con el ejemplo de estos tres autores: Mario Vargas Llosa, Felisberto Hernández y Alejo Carpentier. Nombres no faltan a nuestra rica literatura, encargados de elevarla a la más alta categoría. Pero por encima del lenguaje, sus estilos, los temas elegidos les convierten en muestras universales de este apasionante arte de escribir. Más allá de cualquier tipo de frontera, el idioma de la literatura nos une y, compartirlos, en cierto modo, les hace nuestros, convirtiéndose en un lujo su lectura: son autores nuestros...

Mario Vargas Llosa en "LITUMA EN LOS ANDES" nos sitúa en el escenario misterioso y mágico de las monta?as peruanas. Allí, el cabo Lituma y Tomás Carre?o, su adjunto, están destinados en un campamento minero, enfrentados a la amenaza constante de los guerrilleros de Sendero Luminoso. Con indudable maestría y un rico empleo de modismos locales, Vargas Llosa, intercala la historia de amor que el propio Tomasito narra a su cabo: después de asesinar de un tiro al jefe Chancho cuando maltrataba a su prostituta, no le queda otro remedio que huir con ella. Se había enamorado y quería casarse, pero Mercedes le abandona, una vez consiguió su nuevo salvoconducto.
Se suceden las historias y creencias, propias de la mitología peruana, por boca de los nativos del lugar, en la cantina de Dionisio y de su esposa, la vieja india Adriana, con fama de bruja, que cuenta historias de inexplicables desapariciones. El cabo Lituma investiga los casos de los desaparecidos, así se entera del sentido de aquella costumbre que consistía en un sacrificio para ahuyentar la miseria de la región en que les sumían los espíritus.
Al final, a Lituma le destinan a otro lugar, en otra misión; y Mercedes, la prostituta, regresa junto a Tomás Carre?o, mientras Lituma baja al bar para dejarles celebrar el reencuentro a solas. En el bar descubre horrorizado el macabro ritual que los lugare?os celebraban para alejar las desgracias de los espíritus y dioses de las monta?as.
Vargas Llosa aúna realidad y mitología en esta novela como sólo él sabe hacerlo, como ese maestro al que uno admira con motivos de sobra para idolatrar. Uno de los grandes, sin dudarlo.

"NADIE ENCENDÍA LAS LÁMPARAS", de Felisberto Hernández, es una recopilación de relatos breves que se enmarcan con rotunda autoridad dentro del género fantástico. Este pianista uruguayo fue todo un feliz descubrimiento para mí, hasta el punto de que, tras la reverencia inicial, uno se queda prendido de su magia única y genial. Felisberto, músico de profesión, nos sorprende con un estilo original, peculiar y propio; incluso la magia de las escalas musicales, de la armonía o la composición parecen adivinarse en la estructura de sus textos, donde la poesía en ocasiones inunda la atmósfera. Es el suyo un universo propio; sus historias irreales obedecen a leyes propias, únicas, establecidas por el autor, sólo conocidas por él. En sus relatos, a menudo, el protagonista bien pudiera ser él mismo, un pianista bohemio, que nos lleva de la mano del cambio o la sorpresa, convirtiéndonos en testigos de las situaciones más surrealistas o insospechadas. Si se pudiera leer la música -y no me refiero a las partituras- me quedaría con las melodías interpretadas por Felisberto Hernández.

"LOS PASOS PERDIDOS" es el diario de un músico cubano que Alejo Carpentier recrea durante un viaje en el Amazonas. Lo leí entre las idas y venidas en avión de mis reuniones de trabajo. Su lenguaje rico, denso, variado en el uso y en la forma, me ayudó a llenar aquellas horas de vuelo, concentrado, embelesado por el mismo paisaje que describe con profusión de detalles a orillas del Orinoco. La naturaleza se personifica para ofrecer su contraste radical con la gran urbe, con el tedio y rutina que propician el imperio de la mediocridad frente al de los sentidos. El protagonista nos cuenta, en primera persona, su viaje de New York hacia un país latinoamericano. Busca en ese viaje recuperar el sentido de su vida, hastiado del tiempo moderno que le ahoga y aburre. Su viaje es una búsqueda al encuentro de la cultura, pretende establecer una relación especial, única, casi perdida, pero ahora con sentido, en la cultura.
Carpentier no puede ocultar la pasión que la música le provoca y lo deja notar en las abundantes referencias musicales; también son frecuentes las alusiones a la mitología griega, que le sirve de ejemplo y pretexto para contraponer y comparar mundos dispares, la modernidad y el origen primitivo, dos formas de vida y dos continentes, Europa y América.
La prosa se engalana, apenas hay diálogos sino internos; apenas puntos y aparte. Desde las ciudades provincianas a la aldea de los indios guahibos o de los shirishanas, todo el texto forma parte de esa selva frondosa, americana, de mítica realidad, que le sirve a Carpentier para reivindicar la alegoría, el ritual del sue?o, la magia, la imaginación y la vida como cultura frente a la rutina que hunde al hombre moderno en el ostracismo, enemigo temible del artista.

??? Feliz verano en compa?ía de la lectura, amigos/as !!!
? GRACIAS A VOSOTROS/AS !