viernes, agosto 01, 2008

Leer a LUIS MATEO DÍEZ

En la actualidad “lo que triunfa” en la literatura “es lo excesivamente explicativo, lo tan ridículamente obvio que pierde lo que toda obra de arte debería tener: capacidad de misterio”, asegura Luis Mateo Díez.
El escritor, que imparte estos días un seminario en la UIMP, se lamenta al pensar que “hace veinte años El nombre de la rosa era un bestseller mientras que ahora el público se conforma con El código da Vinci, “es ínfimo, fijaos qué degradación”, espeta a la audiencia.
Para Díez, mientras que la obra de Humberto Eco “es una novela escrita por un intelectual con un conocimiento de causa enorme”, la de Dan Brown “no tiene ningún tipo de valor literario ni ningún tipo de convicción seria”. De hecho asegura que “los lectores de El Código Da Vinci son los lectores que no leen”.
Ese libro que fue llevado al cine de la mano de Ron Howard, es para el escritor “un ejemplo de la degradación que ha derivado a la novela como producto industrial”.
Díez se lamenta de que “hace unos años Seix Barral y Alfaguara eran garantía de calidad”. Y, ¿quién es el promotor de este fenómeno? Los mercaderes (véase “editores”) “que han ido buscando un negocio desmesurado” a sabiendas de que las novelas “son instrumentos de gran fascinación”.
Díez se expresa con la autoridad que le conceden “más de veintitantos” títulos publicados. El autor de La ruina del cielo habla como escribe, a tientas entre lo absurdo de lo dramático y lo lógico de lo cómico, regocijándose en la cotidianeidad y sus milagros.
Y es que para este escritor el hilo que separa la experiencia vital de la literaria es muy fino: “Si escribir es vivir, vivir también es compartir la vida con esos seres de ficción, esos seres extraordinarios con los que compartes destino” y en consecuencia, padece “un dolor de ficción”.(...)
La clave fundamental para convertirse en un escritor de renombre es la de “tener una capacidad especial de observación”. El autor de Balcón de piedra comenta que “el mundo de la creación y el creador es el mundo de la mirada”. Por este motivo, quien aspire a ser novelista deberá convertirse en un cazador furtivo “que ande siempre con la escopeta cargada”. Y siguiendo con las metáforas, “cobrar la pieza es como tener el elemento crucial que será el origen de la historia que vas a contar”.
Además de la novela, otra de las especialidades de Mateo Díez son los microrrelatos, pequeños cuentos en cuyo artificio este leonés se ha hecho un experto y por los que comparte fascinación con Juan Pedro Aparicio y José María Merino.(...) “Es un género poco cultivado pero fascinante, que supone un reto para el autor”, comenta, “es muy arriesgado pero si no te arriesgas acabarás escribiendo El código da Vinci”.






*(Extraído de "El Mundo", por Ana Mª Nimo, Agosto 2008).-