domingo, diciembre 28, 2008

LEE Alexandr Solzhenitsin

Su calvario privado comenzó en 1945, cerca de lo que es hoy San Petersburgo, por hacer unos comentarios en los que se burlaba de Stalin en una carta a un compañero. Le cayeron ocho años, después de una mansión en la Lubianka, la sede de la Seguridad del Estado, el edificio con mejores vistas de Moscú, según el humor de popular, porque de sus sótanos se divisaba Siberia.
Esa prisión temprana le puso un cuño negro a la vida del joven científico con vocación de escritor. Si había soñado con narrar laa vida de los hombres de las riberas del río Don, si tenía hechos los apuntes para unos poemas de amor y sobre un viaje en barco hasta el mar de Azov, los tuvo que apartar para ponerse a rellenar la hojas de papel con su experiencia carcelaria como empleado en un centro científico del departamento de Cárceles y Prisiones. Ese es el tiempo de su novela “El primer círculo” (1968).
Después, en 1950, en el campo de trabajo forzado de Ekibastuz, Kazajistán, ya no tenía nada que desechar. Sólo repasar por las noches su vida de minero, forjador y albañil. Mirar a su alrededor y escribir.
Entre 1953 y 1956, en Kok Teren, en Rusia Central, pasó la última etapa de su castigo, deportado. Cuando cumplió su condena lo dejaron que se mudara, en relativa libertad, a Vladimir Ryzan a dar clases, y a trabajar, en secreto, “Un día de Iván Denísovich” y las notas generales del “Archipiéagp Gulag”. (...)
Sus obras circulaban mecanografiadas, de mano en mano, por la Unión Soviética y, en 1970, la concesión del Premio Nobel le puso un reflector de luz a él y a sus persecutores.
Por fin, en el fragor de uno de esos oscuros episodios exclusivos de los Estados totalitarios, la policía política le quitó los manuscritos a la secretaria de Solzhenitsin. La mujer se suicidó y, en diciembre de 1973, “Archipiélago Gulag” apareció en París junto a esta nota de su autor en la primera página “Con el corazón oprimido durante años me abstuve de publicar este libro, ya terminado. El deber para con los que aún vivían podía más que el deber para con los muertos. Pero ahora, cuando pese a todo, ha caído en manos de la seguridad del Estado, no me queda más remedio que publicarlo inmediatamente”.
Un año después, el escritor fue arrestado. Le quitaron la nacionalidad rusa y tuvo que salir al exilio. Volvió, veinte años después, con resonancias de héroe a una Rusia sin comunismo, pero que tampoco le acababa de entrar en la cabeza.
En agosto pasado, con 89 años, se murió, no en la Rusia que él quería, en la que tenía. Natalia, su esposa, dijo ese día que su marido vivió una vida difícil, pero feliz.
Solzhenitsin había escrito que un hombre es feliz cuando escoge ser feliz y nadie se lo puede impedir.



*(Extraído del suplemento “Magazine”, por Raúl Rivero, Diciembre de 2008).-


domingo, diciembre 07, 2008

Revista ARCO Número DOS

Llegó Diciembre, nuevo mes, nuevo número de la Revista ARCO. Ya está disponible ARCO Número DOS, en la que participan: Martín Saluzzo, Roberto Macció, Harmonie Botella, Yago Rocha, Gustavo Gall, Roxana Heise, Inma Lara, Ricardo Canales, Gonzalo Sanjorge, Alexis Reyes, Endrass, Ángeles Jurado, María Carreja, Luis Tamargo y otros.
La publicación está consiguiendo el nivel de la primera. Se agradecen vuestros comentarios.
Podéis descargarla desde la siguiente dirección:
¡ FELIZ LECTURA, AMIGOS/AS !

martes, noviembre 11, 2008

LEE Revista ARCO de relatos

ARCO es una revista en la que escribe gente dedicada a la literatura, gente con una trayectoria, más y menos relevante. Eso no importa. Lo importante es ofrecer al lector la garantía de abordar una lectura real, original y de calidad, pero también la garantía de cuidar el trabajo de los creativos que aportan su colaboración apostando por un proyecto serio y entusiasta.
Desde hace largo tiempo estamos dándole vueltas a la idea de crear una publicación diferente, dedicada a los escritores noveles, para que pudieran dar a conocer su trabajo libremente, sin condiciones no restricciones। En ARCO cada autor publica el material de su obra que quiera enseñar a los lectores. Se trata de una revista de distribución gratuíta en formato electrónico, con opción de comprar la versión impresa para aquellos que no están acostumbrados a leer en pantalla. Esta revista sin fines de lucro intentará llegar a todos los eventos literarios posibles para que se divulgue el entusiasmo y el espíritu de los escritores menores que mantienen actividades alternativas más allá de sus trabajos y esfuerzos individuales. Los editores podrán echar un vistazo a nuestra publicación en busca de nuevos talentos. ARCO se convertirá poco a poco en una publicación de culto porque en sus cuarenta páginas solamente encontraremos material literario original, nada de artículos, notas ni propaganda publicitaria. Esto marca la gran diferencia de este proyecto ante otros del género, ya que pretendemos que cada número de ARCO sea como un libro que reúna relatos y autores novedosos.

Este es el listado de escritores que forman parte del Nº UNO de ARCO: José María Cimbreño / Ximena Cuenca / Cristóbal Pérez Castejón / Javier Álvarez Mesa / Sandra Miralles / Álvaro Fernández / Harmonie Botella / Chiara Almasy / René Jaramillo / Aymer Waldir / Luis Tamargo / Roxana Heise / Rosa Elvira Peláez / Gustavo Gall / Carlos Sofía / Claudia Apablaza / Hugo Aqueveque / José Luis Raya Pérez / Inma Lara. Todos estos autores aportaron sus trabajos para el proyecto de la revista.

Puedes solicitar un ejemplar de la revista en la siguiente
dirección de E-mail: arco_revista@yahoo.es
ARCO es una revista libre que la hacemos muchos aportando un poquito cada uno.


¡ GRACIAS A VOSOTROS, AMIGOS/AS !

sábado, septiembre 06, 2008

LEE Antonio Machado en Soria

De cuando en cuando acostumbro a regalarme una breve escapada. En esta ocasión, coincidiendo con el final de mis vacaciones, me regalé una ruta literaria largamente postergada, unos días de viaje a Soria, donde pude comprobar in situ la huella perenne de ANTONIO MACHADO, el poeta sevillano convertido hoy en un icono de la ciudad castellana, que el año pasado aprovechó para recordar y reforzar su nexo de unión con el poeta, al conmemorarse el centenario de su llegada a Soria como profesor de Francés, ocupando por oposición, una vacante en el Instituto Técnico. Recorrí la calle El Collado, donde Machado se hospedó la primera vez que se acercó a Soria y que, posteriormente se trasladaría a otra calle cercana, a la calle Estudios, con motivo de la llegada de las tres sobrinas de la dueña de la pensión. Una de estas sobrinas era Leonor Izquierdo, de apenas catorce años, quien con un año más contraería matrimonio en la Iglesia de Santa María La Mayor, situada en pleno corazón de la Plaza Mayor, con un Antonio Machado de treinta y cuatro años; aquella diferencia de edad entre la pareja fue objeto de polémica, incluso el mismo día de la boda, cuando unas voces elevaron el tono contra el profesor y poeta, aunque sin mayor trascendencia.
También recorrí el paseo a orillas del Duero que en tantas ocasiones el poeta realizaba solo o en compañía de su amada, compartiendo poemas, sentires y, con toda seguridad, incidencias cotidianas. La ermita de San Saturio, patrono de la ciudad se erige un poco más adelante, sobre los cimientos rocosos de la ladera; varios puentes atraviesan el río, donde no faltan los recuerdos que aluden al poeta, versos grabados en la roca, en placas, a cada paso, en las orillas, bajo la sombra de los álamos.
En aquella etapa soriana el poeta acudía a las tertulias de la tarde en el Círculo de la Amistad, donde hoy puedes entrar sólo si eres socio o también a desayunar en la cafetería, dentro de un horario estipulado. En total fueron cinco años, pero esa etapa soriana es la que supuso la grandeza del poeta, quien reconocería posteriormente que en ningún otro lugar fue más feliz. Grandeza y tragedia. Cuando en un viaje a París, Leonor vomita sangre, descubren la enfermedad que afecta a la esposa del poeta; será la tuberculosis la que acabará con la vida de Leonor tres años después. Es la impotencia del poeta, quien confiesa en una carta a su amigo Unamuno, que habría preferido morir el primero, la que ha sustituído al milagro que Machado esperaba para su amor, el mismo que resucitaba en el poema al olmo herido por el rayo. Antonio Machado se traslada entonces a Baeza, después a Segovia, mucho antes de Guiomar, del exilio a Francia, de su enfermedad al otro lado de la frontera, de su muerte a orillas del mar en Collioure, tres días antes que su madre, quien le acompañaba, ligero de equipaje, como un españolito más.
De regreso por esos campos de Castilla no pude evitar el eco de sus versos en mi memoria:

Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!...
¿A dónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero...
-La tarde cayendo está-.





...Versos vivos, muy vivos. Gracias, poeta, hasta siempre...


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viernes, agosto 01, 2008

Leer a LUIS MATEO DÍEZ

En la actualidad “lo que triunfa” en la literatura “es lo excesivamente explicativo, lo tan ridículamente obvio que pierde lo que toda obra de arte debería tener: capacidad de misterio”, asegura Luis Mateo Díez.
El escritor, que imparte estos días un seminario en la UIMP, se lamenta al pensar que “hace veinte años El nombre de la rosa era un bestseller mientras que ahora el público se conforma con El código da Vinci, “es ínfimo, fijaos qué degradación”, espeta a la audiencia.
Para Díez, mientras que la obra de Humberto Eco “es una novela escrita por un intelectual con un conocimiento de causa enorme”, la de Dan Brown “no tiene ningún tipo de valor literario ni ningún tipo de convicción seria”. De hecho asegura que “los lectores de El Código Da Vinci son los lectores que no leen”.
Ese libro que fue llevado al cine de la mano de Ron Howard, es para el escritor “un ejemplo de la degradación que ha derivado a la novela como producto industrial”.
Díez se lamenta de que “hace unos años Seix Barral y Alfaguara eran garantía de calidad”. Y, ¿quién es el promotor de este fenómeno? Los mercaderes (véase “editores”) “que han ido buscando un negocio desmesurado” a sabiendas de que las novelas “son instrumentos de gran fascinación”.
Díez se expresa con la autoridad que le conceden “más de veintitantos” títulos publicados. El autor de La ruina del cielo habla como escribe, a tientas entre lo absurdo de lo dramático y lo lógico de lo cómico, regocijándose en la cotidianeidad y sus milagros.
Y es que para este escritor el hilo que separa la experiencia vital de la literaria es muy fino: “Si escribir es vivir, vivir también es compartir la vida con esos seres de ficción, esos seres extraordinarios con los que compartes destino” y en consecuencia, padece “un dolor de ficción”.(...)
La clave fundamental para convertirse en un escritor de renombre es la de “tener una capacidad especial de observación”. El autor de Balcón de piedra comenta que “el mundo de la creación y el creador es el mundo de la mirada”. Por este motivo, quien aspire a ser novelista deberá convertirse en un cazador furtivo “que ande siempre con la escopeta cargada”. Y siguiendo con las metáforas, “cobrar la pieza es como tener el elemento crucial que será el origen de la historia que vas a contar”.
Además de la novela, otra de las especialidades de Mateo Díez son los microrrelatos, pequeños cuentos en cuyo artificio este leonés se ha hecho un experto y por los que comparte fascinación con Juan Pedro Aparicio y José María Merino.(...) “Es un género poco cultivado pero fascinante, que supone un reto para el autor”, comenta, “es muy arriesgado pero si no te arriesgas acabarás escribiendo El código da Vinci”.






*(Extraído de "El Mundo", por Ana Mª Nimo, Agosto 2008).-


viernes, julio 18, 2008

Leer a NAGUIB MAHFUZ

¿Cómo sería la vida de Naguib Mahfuz sin la puñalada que recibió la tarde del 14 de octubre de 1994?
Aquel día, el escritor, tras salir de su casa, fue atacado por un integrista religioso, que consiguió clavarle un cuchillo en el cuello. Salvó su vida porque el amigo que le acompañaba en aquel momento era médico y porque el atentado se produjo al lado de un hospital. Desde entonces, le acompañaron las secuelas de aquel ataque. Por ejemplo, su brazo derecho quedó paralizado. “Tuvo que aprender de nuevo a coger el lápiz –cuenta Mohamed Salmawy, su amigo médico–, como si fuera un niño, ¡él, que había recibido el mayor premio literario del mundo! Y lo hizo sin quejarse. Consiguió al final, tras mucho ejercicio, poder escribir media hora al día, aunque nunca más aquella letra clara de antes.”

“Es cierto –contaría el propio Mahfuz–, la amistad, en esta etapa de mi vida, es lo más importante. De ella saco el apoyo y la fuerza necesarios para vivir, un día tras otro. Ahora ya no puedo leer ni escribir, pero mis amigos son mis ojos, mis orejas y mi pluma. Sin ellos, estos hubieran sido los años más miserables de mi vida. Mis carencias me aíslan del mundo, así que tengo que preguntarles qué cosas nuevas suceden en el campo de los libros, la música o el arte. El poquito de conocimiento que extraigo de eso es muy importante para mi bienestar, tanto mental como físico.”

¿Cómo escribe ahora Mahfuz?
“Pienso una historia, la memorizo y la dicto. Es apropiado para mi estado de salud, los sueños proceden del interior de las personas, no es necesario ver ni oír para captarlos en su plenitud. Es lo que puedo hacer ahora. No necesito vivir otras experiencias, porque ya estoy viviendo una interna. Tengo un sueño, lo vivo como algo real y, luego, lo transformo en algo parecido a una novela, algo completo y que tenga significado.”
“Destilo cada frase y cada idea hasta encontrar su esencia. Algunos críticos lo han comparado con los ‘haikus’, pero los que escriben esos poemas japoneses son libres para escoger la forma que prefieran. En mi caso, la necesidad me ha obligado a ser breve. Solamente puedo escribir historias cortas, condensadas, no puedo hacerlo durante más de media hora, me canso, aunque pueda pasarme días dándole vueltas a la cabeza.”

“Sí, la modernización es un proceso natural, las civilizaciones se desarrollan gradualmente y la interacción entre ellas es imprescindible. No se puede ignorar a otra civilización porque todas contienen algo humano. El egipcio es abierto por naturaleza. Su ubicación geográfica, entre los tres continentes más antiguos del mundo, ha permitido una continua interacción con las otras culturas. La naturaleza del egipcio es tolerante, pues es protagonista de una civilización que nunca cerró sus puertas a las otras que pasaron por sus tierras a lo largo de la historia.”

Y precisamente por eso recibió en 1988 el premio Nobel de Literatura. Fue el primer árabe —y hasta ahora el único— en conseguirlo. Mahfuz creía en la utilidad de las palabras.
“Cuando se habla de conciencia, hermandad y justicia en el mundo, alguna gente dice que eso sólo son palabras que expresan sueños. Pero no sólo las pesadillas pueden hacerse realidad, también pueden materializarse los sueños”.
“La justicia consiste en tener respeto por el derecho de la gente a vivir como quiera”.

Con novelas como El callejón de los milagros, la Trilogía de El Cairo, Hijos de nuestro barrio, Jan Aljili, El ladrón y los perros y Miramar, entre otras, Mahfuz abordó repetidamente el tema de la lucha de los seres humanos por mantener la memoria, la dignidad y el amor frente al destino y las convenciones sociales. Su lenguaje siempre fue comprensible y sencillo.

“Si las ganas de escribir me abandonan un día, deseo que ése sea el de mi muerte”, declaró en 1988.
En noviembre de 1994, en el hospital cairota adonde le había llevado tras el atentado sufrido el mes anterior, Mahfuz citó el viejo proverbio árabe: “Los perros ladran, la caravana sigue su camino”. Pero los achaques y las amenazas de los fundamentalistas le mantuvieron desde entonces prácticamente recluido en su hogar, con salidas esporádicas y controladas por la policía. En febrero de 2003 Naguib Mahfuz tuvo que ser hospitalizado. Tenía entonces 92 años y, sin haberse recuperado nunca de las puñaladas que le habían dado en 1994 unos terroristas islamistas, el único escritor árabe galardonado con el premio Nobel de Literatura tuvo que ser ingresado en el Hospital de la Policía de Al Aguza, de El Cairo, donde falleció.




viernes, junio 13, 2008

LEE a Marta Rivera de la Cruz

-¿En España, sin premios no hay paraíso?
-Los premios son la mejor carta de presentación y el mejor vehículo promocional. Después de publicarlos, los libros ha que venderlos. Y los premios ayudan. Mucho.

-Hay autores españoles que publican más de diez libros al año para jóvenes: ¿no corren el riesgo de saturar a un lector acosado por los videojuegos e Internet?
-No lo sé. Yo no soy tan prolífica. Pero cada uno tiene su forma de trabajar.

-Sea sincera, ¿se da a los lectores más indefensos mucho gato por liebre?
-Quizá. Pero el buscarse esa defensa está precisamente en manos de los lectores. Yo no veo a nadie comprando ciertos libros con una pistola apuntando al corazón.

-¿Todavía hay quien no le perdona que escriba en castellano siendo gallega?
-Recibo insultos, amenazas y descalificaciones a diario en mi blog y en mi correo personal, que a veces se hacen extensivos a mi padre y a mi abuelo de ochenta y siete años.

-¿Realmente gentes como Suso de Toro tienen hoy tanto poder en la cultura gallega como se dice, y con qué consecuencias?
-No, no, la culpa no es del poder que pueda tener o no Susu de Toro. La culpa es de quien se ha empeñado en reducir la política lingüística y pretende arrinconar un idioma que hablan cuatrocientos millones de personas. Y que conste que esta historia la inició el gobierno de Fraga. ¿Consecuencias? Las veremos dentro de unos años, cuando empiece a haber generaciones monolingües cerradas al inmenso mercado laboral cultural que ofrece el castellano.

-¿Se atrevería a dar el nombres de tres autores gallegos de primera ninguneados por los nacionalistas?
-No. Podría darle hasta cinco, pero no creo que yo tenga derecho a sacar a nadie a este ruedo. Sólo le diré que en una expedición cultural a La Habana pagada por la Xunta fueron cincuenta escritores, y ninguno de estos cincos estaba invitado.

-En 1998 conquistó el Ateneo Joven con “Que veinte años no es nada”, la historia de amor de una joven y un famoso escritor veinte años mayor... ¿qué autor podría despertar en usted una pasión semejante?
-Siempre pensé que Henry James tenía su atractivo.

-¿Y por quién le gustaría ser seducida?
-Por Scott Fitzgerald. Por lo menos compartiríamos una buena juerga. Perdone que sólo le hable de muertos, tengo pareja...

-¿Algún editor?
-Mucha seducción me parece esa... yo, con mis editores, sólo aspiro a llevarme bien y a convertirme en un producto rentable. Es lo mejor para una relación perfecta.

-Hablando de seducción, ¿qué tal su blog?
-Sorprendente. Hay de todo. Pero en general, bien. Y el día que la cosa se tuerza, lo cierro y en paz.


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*(Entrevista extraída de la prensa local, Mayo de 2008).-.

martes, mayo 13, 2008

Revista de poesía La Fuente de las Siete Vírgenes

La revista “La fuente de las 7 vírgenes” acaba de sacar el número 11 de 2008, en el que han tenido a bien publicar, entre los trabajos de otros autores de distintos lugares del planeta, uno de mis poemas: "En el verano". Mi agradecimiento ante todo; además aprovecho la ocasión para presentarles esta publicación bimensual, donde se cuida tanto la gráfica como el contenido, siempre dedicado a la poesía.

La presentación puede descargarse desde aquí:

¡Están invitados a su lectura, que lo disfruten!

domingo, abril 06, 2008

Lee MUCHO CUENTO


Mientras los novelistas descuidan la novela del presente dedicados a discutir cómo será la novela del futuro (o el futuro de la novela), fijémonos un momento en una de las hermanas pobres del panorama editorial español: la edición de libros de relatos. Todo el mundo nos dirá que es un género que no vende, pero lo cierto es que, si comparamos nuestra situación con la que padecieron los cuentistas españoles hace veinte años o hace cincuenta, cualquiera diría que no ha habido momento más envidiable para quienes se dedican al relato breve.
Las grandes editoriales no apuestan todo lo que podrían por el género, pero tampoco lo desdeñan, como aseguran los que siempre se quejan de todo confundiendo cómo les va a ellos con el curso de las cosas. (...)
Entre las novedades más singulares de la narrativa española, está el libro de relatos de Julián RíosCortejo de sombras”. Y ello no sólo porque encontramos en él a un Ríos que nada parece tener que ver con el autor experimentalista que agotó todos los recursos de los juegos de palabras de nuestro idioma en su colosal “Larva”. “Babel de una noche de San Juan” (1983) –obra discutida hasta la fatiga y celebrada hasta la exageración-, sino porque se trata de un libro redactado hace cuarenta años que el autor mantuvo en un cajón –o en varios- sin decidirse a sacarlo, como si sacándolo viniera a desmentir su deriva vanguardista –con el tiempo, bastante atenuada en sus siguientes obras-.
Componen el libro relatos que pretenden dibujar la esencia de un pueblo, Tamoga, oscuro, habitado por seres frágiles, un poco fantasmagóricos, escritos en una prosa limpia y con un ritmo excelente. (...)
Sólo de lo perdido” es el tercer libro de relatos de Carlos Castán y recoge dieciocho piezas escritas con prosa cuidada, que se gusta, muy dada a la melancolía y a los aciertos poéticos: “Después de tantos años, las habitaciones se habían impregnado de un olor a bata azul celeste y a crucigrama abandonado a medio hacer sobre la mesa camilla...”.
Los títulos de los libros de Castán dicen mucho acerca de su mundo: “Frío de vivir” se titulaba el primero; “Museo de la soledad”, el segundo.
Y, para terminar este repaso a las novedades del género breve, un clásico que por fin se traduce íntegro al castellano: “Siete hombres”, de Max Beerbohm, (...) caricaturista y escritor inglés, es uno de esos autores menores de la literatura inglesa, llenos de encanto y enjundia. Su celebridad se debe a un solo relato: “Enoch Soames”, acerca de un escritor insignificante que pacta con el diablo para saber qué dirá de él la posteridad. Es uno de los siete hombres (que, en realidad, son seis) de este libro asombroso que, entre otros muchos regalos, nos trae una curiosa sorpresa: los dos escritores protagonistas del segundo relato –con esa relación de odio inveterado- se parecen mucho a los protagonistas de la gran novela de Martín Amis, “La información”.




*(Extraído de Las Afueras, por Juan Bonilla, Marzo de 2008).-





martes, abril 01, 2008

Revista NARRATIVAS nº 9

Narrativas es una revista electrónica que nace como un proyecto abierto y participativo, con vocación heterodoxa y una única pretensión: dejar constancia de la diversidad y la fecundidad de la narrativa contemporánea en castellano. Surge al amparo de las nuevas tecnologías digitales que, sin querer suplantar en ningún momento los formatos tradicionales y la numerosa obra editada en papel, abren innumerables posibilidades a la publicación de nuevas revistas y libros al abaratar considerablemente los costes y facilitar la distribución de los ejemplares. En este sentido hemos optado – afirman Magda Díaz y Morales y Carlos Manzano, editores y principales responsables- por editar la revista en formato PDF, ya que permite aplicar técnicas de diseño y maquetación propias de la edición tradicional y a la vez facilita su lectura, ya sea desde la propia pantalla o una vez impresa en papel.


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¡ FELICES LECTURAS, AMIGOS/AS !

sábado, marzo 01, 2008

LEER Haruki Murakami

Por decirlo de la forma más sencilla posible, para mí escribir novelas es un reto, escribir cuentos es un placer. Si escribir novelas es como plantar un bosque, entonces escribir cuentos se parece más a plantar un jardín. Los dos procesos se complementan y crean un paisaje completo que atesoro.
Desde el comienzo de mi carrera de escritor de obras de ficción en 1979 he alternado con bastante constancia entre escribir novelas y escribir cuentos. Mi pauta ha sido ésta: una vez termino una novela, siento el deseo de escribir algunos cuentos, entonces me entran ganas de concentrarme en una novela. Nunca escribo cuentos mientras estoy escribiendo una novela, y nunca escribo una novela mientras trabajo en unos cuentos.
Uno de los placeres de escribir cuentos es que no se tarda tanto tiempo en terminarlos. (...) No es como la total entrega física y mental que se requiere durante el año o los dos años que tardas en redactar una novela. Así que encuentro que escribir cuentos es un cambio de ritmo necesario.
Otra cosa agradable de escribir cuentos es que puedes crear un argumento a partir de los detalles más nimios..., una idea que brota en tu mente, una palabra, una imagen, cualquier cosa. En ese sentido, para mí el cuento es una especie de laboratorio experimental como novelista.
Los cuentos son como postes que indican el camino para llegar a mi corazón, y me siento feliz, como escritor, de poder compartir estos sentimientos íntimos con mis lectores.
Hubo un período en el que narraciones que había escrito como cuentos continuaron creciendo en mi mente, después de publicarlos, y se transformaron en novelas. Un cuento que había escrito mucho tiempo antes irrumpía en mi casa en plena noche, me zarandeaba hasta despertarme y gritaba: “¡Eh, que éste no es momento de dormir! ¡No puedes olvidarte de mí, todavía quedan cosas por escribir!”. Impulsado por esa voz, me encontraba escribiendo una novela. También en este sentido mis cuentos y novelas se conectan dentro de mí de una manera orgánica, muy natural.





*(Extraído de “El Cultural”, Enero-Febrero, 2008 ).-


sábado, enero 26, 2008

LEER Vidiadhar Surajprasad Naipaul


El pequeño pueblo del oeste de Inglaterra en el que vive V.S. Naipaul sólo aparece en los mapas más detallados. No es fácil llegar hasta su cottage de ladrillo rojo, rodeado de setos y baches.
Siempre me he visto a mí mismo como un intruso, un extraño en Inglaterra”, asegura Naipaul, “aunque eso nunca me ha producido el menor dolor”(...). Desde que nació en Trinidad, descendiente de indios, “siempre flotaba ligeramente en el mundo”. Aquello ocurrió en 1.932, en la familia de un periodista del “Trinidad Guardian” que escribía relatos. Después, el chico listo de la casa ganó una beca en Oxford que subrayó su extraña sensación de vivir en una burbuja. “No tenía amigos estudiantes con los que hablar. Mi tutor era un hombre realmente encantador, pero sin criterio en literatura”.
La ambición”, confiesa ahora, “era parte de mi personalidad”. Naipaul ha escrito mucho sobre sus primeros intentos de escribir en una habitación de mala muerte del norte de Londres, tratando de ahorrar cuartillas. “Cuando dejé Oxford, no tenía medios para ser escritor. Pero aprendí a arreglármelas por mi cuenta, como los artesanos”.
Y lo dice Naipaul, que en los años sesenta se benefició de la moda de narradores caribeños que triunfaban en Inglaterra. “Sí, tuve suerte por pertenecer a la cosa nueva”, reconoce Naipaul, “pero aquellos escritores se desvanecieron y me vi solo de nuevo”.
Y Naipaul cita a autores como Camus y Coetzee que “llegaron a sentirse realmente fatigados con el tema de la raza, con sus inexorabilidades y sus presiones para hacer siempre lo correcto”.
Este es un asunto muy delicado. Si uno ha nacido en Trinidad, donde hay dos grupos étnicos principales (asiáticos y negros), tiene una identidad racial. Y lo acepta. Porque rechazar la propia identidad sería de locos. Yo creo que en toda mi obra hay una evidente aceptación de mi identidad. Pero nunca he apartado a nadie”.
O sea, ¿qué Naipaul es un autor sin padres literarios? “Escribí desnudo y sin defensa alguna”, confirma. El escritor apenas reconoce ahora su tardía pasión por Guy de Maupassant. “Quedé completamente deslumbrado al leerlo. Pero no ejerció ninguna influencia sobre mi”.
De hecho, Naipaul es hostil a cualquier magisterio. En su opinión, “la prosa narrativa está en un proceso de cambio absolutamente necesario. En el siglo XIX, la novela procedía del deseo de describir la sociedad. En la actualidad, no hallo en mí mismo ese deseo. Lo que tengo en contra de esta clase de literatura es que todo el mundo puede hacerla. De hecho, todo el mundo se dedica a escribirla. Esto la ha degradado y ha hecho obvia la necesidad de que la novela sea algo más de lo que ahora es. La escritura interesante es la que se hace por primera vez”.




http://militeraturas.ning.com/group/entrerenglones

*(Extraído de El Mundo, Diciembre, 2007).-