viernes, septiembre 22, 2006

Leer a MERCEDES SALISACHS

"La soledad, mal que nos pese a los escritores,
es el primer factor que se precisa para escribir”.


Este verano descubrí a Mercedes Salisachs al leer “La palabra escrita”, donde la veterana escritora nos lleva de la mano en un paseo por la Literatura con sus consejos, confesiones y sobrada experiencia, siempre fiel a un criterio serio y de autenticidad literaria. De sus escritos se desprende ese amor a la palabra y, en este sentido, algunas de sus frases no tienen desperdicio:

“Ser escritor es, sobre todo, ser un ente solitario. Una especie de criatura desterrada de la normalidad cotidiana: un misántropo anclado en el desierto de su propio mundo, ese mundo que nadie, ni siquiera otro escritor, puede adivinar”.

Se inició como escritora en 1955 con ‘Primera ma?ana, última ma?ana’ y, con 89 a?os, Mercedes Salisachs publicó su última novela: ‘Reflejos de Luna’. Detrás queda una dilatada carrera reconocida por los premios Planeta (‘La Gangrena’, 1975) y Fernando Lara (‘El último laberinto’, 2004), entre muchos otros. Investigando un poco rescaté esta entrevista que nos revela algo más sobre ella y sobre ese amor contagiable por la Literatura:

-?Cómo surge en usted la vocación literaria?
Desde que era una ni?a siempre me gustó mucho leer y escribir historias, cuentos y novelitas muy cursis. Mi padre era un intelectual que poseía una biblioteca formidable. Recuerdo que a la hora del almuerzo, mi padre y mi madre siempre hablaban de libros. Me compraban todos los libros y tebeos que quería.
-?Cuál es el truco para mantenerse tan activa a sus 88 a?os?
Cuando era joven siempre pensaba que no quería envejecer como esas personas mayores que se alejan del mundo que les rodea. Casualmente ha sido mi vocación la que me ha permitido poder seguir escribiendo y trabajando, mantenerme activa. Pero, la verdad es que estoy bastante sorda, y eso me impide hacer muchas cosas, pero no escribir. Mi gran pena es que no puedo escuchar música mientras escribo.
-Su aspecto es fantástico...
Pero no te olvides de que las apariencias enga?an. Me falta fuerza y mis dedos son ya muy torpes.
-?Escribe a máquina o utiliza ordenador?
El ordenador ha llegado muy tarde para mí. El tiempo que yo perdería en aprender informática lo necesito para escribir. Los artículos, por ejemplo, los hago a mano y los dicto a mi secretaria que los pasa al ordenador.
-?Qué le ha regalado la Literatura?
Me ha dado muchos disgustos y también muchas satisfacciones, pero sobre todo una gran estabilidad porque lo que yo siempre quise hacer fue escribir.
-Alguna vez se ha quejado de ser una escritora no suficientemente valorada por sus colegas.
No jamás, yo no diría nunca eso porque no sé si tengo valor, pero lo que sí me he sentido es olvidada, porque vivo en Catalu?a, no pertenezco a ninguna camarilla literaria y van pasando las cosas y nadie se acuerda de mí. Pero, en fin, pienso que eso es lo normal. Ahora, en Madrid está el mundo literario y como yo estoy lejos de él, se olvida de que existo. Bueno y además ya soy muy vieja y los escritores son muy jóvenes.
-Las novelas permanecen menos de dos meses en el escaparate de las librerías. ?Qué opina de este marketing tan agresivo?
Es una pena. Mezclan una cosa con la otra. Libros de verdadera calidad literaria con libros de usar y tirar, malísimos. Esto es muy decepcionante para los autores que ven como su trabajo es una simple mercancía.
-?Cree que se lee en Espa?a todo lo que se compra?
Pienso que actualmente se lee mucho. Y tenemos que dar gracias a la televisión, que al ser tan mala creo que está empujando a mucha gente a comprar libros para evitar el aburrimiento de la pantalla.
-?Le resultó difícil compaginar en su época su faceta de madre, esposa y escritora?
Lo llevé bien porque mientras mis hijos fueron peque?os no escribí ni una línea, pero cuando fueron un poco mayores me centré en la literatura. Sólo dejé de escribir durante 10 a?os, la época en la que estuve cuidando de mi marido enfermo.
-?Sufre ante la hoja en blanco?
Mucho, pero más sufriría si no pudiera escribir. Para mí es un necesidad. Mi vocación de escritora viene por la necesidad de comunicar cosas a la gente para que reflexionen sobre ellas. No sé si lo consigo, pero lo intento.
-?Qué necesita para escribir?
La soledad. Estar sola, también es bueno. Yo me he sentido sola en muchas épocas de mi vida y lo pasé mal, pero llegó un momento en que me acostumbré a esa soledad, que fue lo que me hizo ser capaz de seguir adelante y crear. Cuando escribo siempre me aislo. También es necesario aburrirse, porque cuando uno se aburre, piensa, y cuando uno piensa, crea.
-?Qué opina de la literatura actual?
Hay cosas muy buenas, que merecen la pena y otras nefastas, que se dan por buenas, y eso es lo malo.
-?Qué no perdonaría jamás?
Yo lo perdono todo.
-?Y qué no puede soportar?
La ignorancia voluntaria. Esas personas que se niegan a saber y a aprender para hacer las cosas mejor, eso me pone enferma.
-?Cuál es su mayor virtud?
Quizá la tenacidad o el amor propio, no lo sé.
-?Tiene algún defecto?
Que soy terriblemente ordenada, tanto que puede llegar a ser un defecto.
-?Se arrepiente de algo?
De muchas cosas. Me he equivocado mucho. Soy un desastre, aunque parezca lo contrario.

Entre algunas de sus obras figuran: “La conversación, Desde la dimensión intermedia, La palabra escrita, El volumen de la ausencia, El declive y la cuesta, El ni?o que pintaba sue?os, Adagio confidencial, La presencia, Más allá de los raíles, La estación de las hojas amarillas”, etc. Ha sido articulista para ABC durante un largo período de tiempo, ha colaborado en distintas emisoras de radio y programas de T. V. y ha escrito numerosos artículos y ensayos para periódicos y revistas de Espa?a. Actualmente, a sus noventa a?os, colabora en el periódico La Razón y es capaz de escribir:

“Vivimos en un entramado de servidumbres (casi siempre potenciadas por la vanidad y el afán de poder) donde el esfuerzo, por lo general, es poco valorado y las influencias dominan inevitablemente cualquier situación”.

“El autor que pretenda escribir en serio y no “venderse” por un pu?ado de monedas, deberá, ante todo, revestirse de responsabilidad y analizar cada factor que, al margen de la trayectoria novelística, deba representar un papel ingrato por lo oculto, pero necesario para mantener la veracidad de lo que plantea”.

“De pronto descubrimos que en este mundo nada puede durar siempre por mucho que haya estallado en victorias, honra, éxitos y logros honoríficos, y que escribir para triunfar viene a ser lo mismo que escribir para el olvido”.


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viernes, septiembre 15, 2006

LEER AYER Y HOY


Las vacaciones son un tiempo ideal para la lectura, para conocer nuevos horizontes o para recurrir a la serena seguridad de los que ya conocemos. Libres de nuestras apretadas obligaciones, que apenas nos dejan un rato para leer, después de atender el resto de quehaceres cotidianos, podemos al fin dedicarnos al placer que supone dejarse sumergir, lenta y concentradamente, en el paisaje abierto de las páginas de un libro. Son tantos los motivos, impulsos o determinaciones que nos llevan a elegir una u otra lectura que, en cierto modo, es lo de menos la que hayamos elegido; seguro que es la que hemos deseado. Nos importa más el sosiego, la calma, el ambiente de ese antiguo, atemporal y ya no tan extra?o hábito de sostener un libro entre las manos para comprobar si aprovecha la oportunidad de conquistarnos y, así, perdernos en el mundo mágico de ensue?os entretejidos a base de letras y emociones…
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En "EL LOBO ESTEPARIO" Herman Hesse retrata el perfil psicológico de un individuo aislado, triste e infeliz, un auténtico lobo estepario. Hesse, a través de su protagonista principal, Harry Haller, deja traslucir en esta novela sus propios detalles autobiográficos, fruto de sus crisis personales y espirituales. La ruptura con su segunda esposa le había ocasionado un aislamiento y desesperación que, sumados a la imposibilidad de afrontar la realidad, acabó por llenarle de pensamientos suicidas. Sólo la intervención de otros dos personajes, Armanda y Pablo, sacará al protagonista de su trágico confinamiento a un mediocre destino. Armanda le invita a conocer y disfrutar de las cosas sencillas, reto que Harry Haller ha de afrontar enfocando la vida de cada día sin menospreciar el humor, recurriendo a la risa como solución o actitud ante la vida.
El estilo natural y directo de Hesse convierte la novela en una lectura fácil y cómoda que, en mis a?os de estudiante, me animó, casi a continuación, a leer también otras obras de este premio Nobel, como "Demián", "Bajo las ruedas" o "Siddartha"; recomendables del todo.
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Otro Nobel, Albert Camus, en esta ocasión, nos narra en “LA PESTE” una plaga de ratas que invade la ciudad de Orán. El protagonista es el doctor Rieux, que encarna la actitud solidaria y comprometida con la humanidad, el triunfo de la conciencia individual sobre el egoísmo. Ante las primeras víctimas, la ciudad cierra sus puertas, las escuelas se transforman en campamentos sanitarios y todos los personajes aportan lo mejor de sí mismos para con los demás: Rambert, el periodista que acaba colaborando con las brigadas sanitarias; el cura Paneloux; el honesto y pacífico Tarrou; la bondad de Grand, mientras escribe un libro y ayuda; sólo Cottard defiende la peste como vía justa de salida, ajeno al sufrimiento y miseria que le rodea. Al final la epidemia es derrotada y, esta especie de alegoría, le sirve a Camus para moralizar del lado de las víctimas, a favor de la vida, frente al absurdo de la injusticia o la muerte. De algún modo, Albert Camus refleja el sentimiento trágico de la época que le tocó vivr para reivindicar una conciencia solidaria frente al mal que acecha al hombre. Ese es el mensaje que transmite: este compromiso solidario que une frente a los grandes problemas, en situaciones críticas, es lo que salvará a la humanidad y al ser humano.
A pesar de la economía de lenguaje, su estilo conciso y sobrio transmite fuerza e induce a la reflexión con el hombre siempre como telón de fondo. Su voz se erige así en la de la conciencia; su lectura en la de todo un clásico...
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"UN MUNDO FELIZ" es un libro visionario en el que Aldous Huxley imagina una sociedad dominada y controlada por clonación. Concebidos por genética, a partir de probetas, estos ni?os del futuro son predestinados desde el origen en diferentes capas sociales: la élite, los ejecutantes, los empleados subalternos, los trabajadores duros... Esta aparente democracia enmascara un auténtico sistema dictatorial del que son sus prisioneros y, además, sus esclavos, sin posibilidad de elección ni escapatoria. Huxley traza las pautas para controlar la sociedad en un futuro: la población estratificada en niveles, con sus miembros mediatizados por el placer, admitido como fuente de control. La felicidad a través de los sentidos, las sensaciones sustituyendo al arte, la ciencia o la verdad, para evitar así los peligros potenciales de pensar o rebelarse. Seres con sus apetencias, necesidades y deseos controlados, condicionados, predestinados a un mundo feliz, pero artificialmente feliz: ?Ciencia ficción, tal vez, o un aldabonazo a nuestras conciencias cómodas y adormiladas...? Una lectura que nos plantea una pregunta obligada, que nos puede dejar más o menos crédulos, reacios o temerosos; de todo menos indiferentes.
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?Que se diviertan y pasen un feliz tiempo de lectura!
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