miércoles, abril 15, 2009

Leer a VICENTE ALEIXANDRE


Vicente Aleixandre estuvo gravemente enfermo en los años veinte. Padeció una tuberculosis que le afectó un riñón y, desde entonces, su salud fue muy delicada. Mientras se recuperaba, recibía en su casa a los poetas que iban a visitarle, charlaban, rendían homenajes, entre amigos. Se trata de un pequeño chalet en la calle Velintonia número 3, Parque Metropolitano, al final de Reina Victoria, en Madrid; con un breve jardincillo delante y un patio trasero, con grandes árboles. Es una casa construída antes de 1936, que fue derruida durante la contienda civil española y rehabilitada después.
El poeta recibía a los amigos, en su pequeño templo, de 5 a 7 horas de la tarde; y de 8 a 10 horas, cuando había más protocolo. Por prescripción facultativa, recibía reposando en un tresillo viejo de brazo abatible, cubierto por una manta de viaje. Aleixandre fue maestro y amigo.
El autor de “La destrucción o el amor” mostró su descontento poco después de que le concedieran el Premio Nobel de Literatura en 1977, cuando la pequeña calle de Velintonia, que debía su nombre a un árbol, pasó a denominarse Vicente Aleixandre. Al poeta le hubiera gustado la calle con su nombre en otra parte, que aquella se hubiera seguido llamando Velintonia, como Pablo Neruda recoge en alguno de sus poemas; e incluso el mismo Lorca le dedicó, de su propia mano, un libro de canciones que aludía al lugar con una frase evocadora: ¡Por fin en Velintonia!

"En las reuniones, en los cócteles a los que con él asistíamos, parecíamos ser algo más que los universitarios que escribían poemas, éramos los jóvenes poetas amigos de un clásico viviente. El relumbrar de la poesía vicentiniana, que la sinceridad del personaje ennoblecía, nos vistió aquellos días como de trovadores de gala, nos creció ante el mundillo de los meros intelectuales en herbe no creadores en el que vivaqueábamos", cuenta Carlos Barral en "Años de penitencia".

En Velintonia estuvieron Lorca, Cernuda, Neruda, Miguel Hernández, Pepe Hierro, Jaime Gil de Biedma, Paco Brines, Carlos Bousoño, entre muchos otros... Era la casa del poeta, la casa de la vida, de la Poesía.
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¡ FELICES LECTURAS, AMIGOS/AS !

2 comentarios:

Trini Reina dijo...

Con tran ilustre morador y tan insignes visitantes, pienso que debería de haber conservado tan bello nombre.

Un abrazo Luis

EntreRenglones dijo...

...Estamos de acuerdo, Trini, debería haberse conservado, debería conservarse.
Nos seguimos leyendo, amiga Trini... TE SALUDO: