
1º- “Catedral”, de Raymond Carver (1983).
…Pero mejor os remito al sitio:
¡ FELICES LECTURAS, AMIGOS/AS !
Sus 17 novelas de misterio –escritas a lo largo de 17 años- están traducidas a 26 idiomas. Aunque vive en Venecia desde 1981 y todos los casos que resuelve su protagonista, el comisario Brunetti, tienen como escenario la ciudad de los canales, la norteamericana Donna Leon (New Jersey, 1942) no permite que sus obras se traduzcan al italiano, “porque quiero seguir siendo invisible en mi ciudad”. Su último libro publicado en España, “Sin Brunetti”, es una recopilación de 52 textos, con ocasiones para la sonrisa o la carcajada, la reflexión o la emoción, incluso la ira. “Esta es mi voz, es el único libro donde digo abiertamente todo lo que pienso”, declara.
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-Cuando escribió su primera novela, “Muerte en La Fenice”, que fue un gran éxito, ya tenía usted 47 años. ¿Cómo una profesora de literatura, que se ha pasado la vida dando clase por países remotos, se convierte de pronto en autora de novelas policíacas de éxito?
Un día de 1989, estaba hablando en el vestíbulo del teatro de la ópera La Fenice con un director de orquesta y su mujer, cuando la conversación derivó hacia un famoso director austríaco y al intercambio de anécdotas no muy edificantes de él. El sarcasmo fue “in crescendo”, hasta que empezamos a considerar “formas de matarle”. Entonces se me ocurrió que el hallazgo del cadáver de un famoso director de orquesta en el vestíbulo de La Fenice sería un excelente comienzo para una novela de intriga. Prometí escribirla y eso fue lo que hice…
-Y se convirtió en un éxito inmediato…
Nunca he tenido ambiciones; mi reto era escribir la novela, y punto. De hecho, se quedó durante un año y medio en un cajón, hasta que una amiga insistió tanto, que me animó a presentarla a un concurso en Japón. Ganarlo trajo un contrato para escribir dos libros más. Así fue como empezó. Fue casi como un juego.
-Algo que caracteriza todas sus novelas es que nunca describe escenas sangrientas…
En esto pienso como Aristóteles: “Deja que la sangre corra fuera del escenario y trae al mensajero para que describa el suceso”. Estamos saturados de imágenes violentas. Para mí, es pornografía barata. A veces, te anuncian un desastre con muchas víctimas y, con cara de circunstancia, el presentador dice que van a dar imágenes impactantes. Yo lo interpreto como: “Van a ver ustedes lágrimas auténticas, dolor auténtico. Siéntense en el sofá con una cerveza si quieren sentir emociones fuertes”. Es una afrenta para las víctimas y para los espectadores.
-También, en Europa está más cerca de su gran pasión: la música barroca. Sé que colabora con la orquesta de cámara Il Complexo Barocco y su director, Alan Curtis, produciendo óperas de Händel y grabaciones de las mismas.
Colaboro porque la música clásica está en peligro. Antes concentraba el 10% de las ventas de CDs, luego el 7%, ahora sólo el 4%. Hoy no se enseña solfeo a los niños y la ópera ha adquirido un matiz esnob. Por eso los jóvenes no se interesan por ella.
-La contaminación y el deterioro del medio natural están presentes en muchas de sus novelas…
Sí, también están en la que estoy escribiendo, porque es el mayor problema al que se ha enfrentado este planeta. Hace no muchos años, la gente hacía chistes con los ecologistas. Eso ya no sucede. Han comprendido lo que está en juego. La paradoja es que todos hablan mucho, pero nadie hace nada. Estamos dejando que nuestro futuro se lo traguen las alcantarillas.
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La ciudad de los canales protagoniza siempre sus novelas. Así la describe en “Sin Brunetti”: “Como estamos obligados a ir a pie, todas las mañanas, los habitantes de Venecia tenemos que vernos, cruzarnos o coincidir en nuestros desplazamientos… Para averiguar lo que sea de quien sea, nada como esos encuentros matutinos. En Venecia, el informador te sale al paso y, por lo general, el pago es un café… Cada vez nos sentimos más inclinados a buscar nuestro sentimiento de comunidad en Internet. Venecia, aunque sea por accidente, nos salva de esta tontería”.
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*(Extraído de Suplemento MH, por Marisol Guisasola, Enero de 2007).-
! SALUDOS, AMIGOS/AS ¡
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De nuevo las fiestas navideñas nos recuerdan que se cumple un ciclo, a la vez que nos brindan un tiempo donde leer, algo más liberados del ajetreo y del estrés laboral. Apenas un hueco en ese tiempo donde la lectura obra el milagro de avanzar o retroceder o, simplemente, quedarnos flotando entre dos o más épocas. Al igual que, tras una jornada intensa de trabajo o de regreso de las compras en los grandes almacenes, uno puede deleitarse en las páginas amigas de un libro, también podemos revolotear entre las letras antológicas de un maestro o entre las más noveles de una autora de hoy que comparte nuestros mismos agobios. Y es que el escritor de cualquier tiempo no puede evitar sentirse solidario ni retratar su tiempo, el que le tocó vivir. Otros lectores le seguirán…
Jostein Gaarder es un escritor noruego que, con "EL MUNDO DE SOFÍA", ha contribuído a ese papel relevante que su país desempeña dentro de la literatura infantil. Sin embargo, no se trata de un libro para niños o, al menos, no sólo eso; estamos ante una novela de misterio donde el autor nos obliga a recuperar la filosofía, a retomarla desde un ángulo distinto, nuevo, significativo para la historia y el conocimiento del hombre. Asistimos así a un recorrido por la historia de la filosofía, de la mano de Sofía, una niña de apenas quince años, que se enfrenta a las preguntas que plantea la existencia del hombre, provocadas por un improvisado curso de filosofía a través de las cartas que va descubriendo en su buzón. De este modo, repasa la historia de la humanidad, desde el jardín del Edén, pasando por la cultura griega y romana, la edad media, el cristianismo, el renacimiento y barroco, la Ilustración, el romanticismo, etc, al tiempo que analiza y revela los pensamientos de sus máximos representantes: Platón, Aristóteles, San Agustin, Descartes, Kant, Hegel, Marx, Sartre, Freud, etc, hasta nuestros días, incluída la gran explosión que dio origen al universo. Al final, la protagonista es una chica que se llama Hilde, a quien su padre le ha escrito un libro, titulado "El mundo de Sofía"; de su lectura extrae nuevas perspectivas de conocimiento, le abre la posibilidad de entender la realidad desde otro ángulo, donde la filosofía ayuda a aprender y comprender.
En definitiva, un libro para adolescentes y para adultos, original, entretenido e instructivo, que logra llamar la atención hacia la filosofía como parte integrante de la cultura en nuestro mundo actual.
Con "LA MENNULARA", Simonetta Agnello Hornby ganó el II Premio de Novela Europea "Casino de Santiago". No sólo fue elegida por el jurado designado a tal efecto, sino que la votación de los lectores también le dio el triunfo a esta escritora novel que, entre sus más directos competidores, contó con "El paraíso en la otra esquina", de Mario Vargas Llosa y "A paso de cangrejo", de Günter Grass.
La autora cuenta la historia de María Rosalía Inzerillo, la Mennulara, una recogedora de almendras de Roccacolomba, en una Sicilia de amos y criados que, tras servir a los señores de Alfallipe, terratenientes del lugar, acaba convirtiéndose en la administradora de sus bienes. La novela comienza con la muerte de la protagonista, pero Agnelo Hornby nos retrata la vida de una mujer única, poderosa, en el escenario de una Italia rural, sumida en el miedo, la mafia y la opresión. En resumen, una lectura para disfrutar.
Fedor Dostoyevski nos cuenta en "EL IDIOTA" la historia del príncipe Liov Nikoláyevich Mischkin, enfermo de epilepsia, que ha estado internado en un sanatorio suizo y regresa a Rusia. Enseguida se pone de manifiesto su modo diferente de enfrentarse a los problemas que, desde la ingenuidad, le hacen parecer un idiota. El autor despliega un surtido de variados personajes y ambientes, en un alarde de inventiva narrativa, que aprovecha para elaborar una trama rica y densa, a la vez que expone sus pensamientos, a modo de lecciones, donde desgrana situaciones en las que la bondad, la ternura o la compasión topan con auténticos obstáculos para desarrollarse. Se trata, en el fondo, de un estudio sobre la espiritualidad del ser humano, en el escenario de una Rusia sumida en la miseria material.
De alguna manera Dostoyevski nos muestra el lado humano de una enfermedad que es la suya, pues también él fue epiléptico. Nos sugiere e invita, así, a desvelar el alma del hombre bueno y el drama real que ello supone en un mundo que no valora la inocencia. Una lectura culta, que se lee fácil, imprescindible.
¡FELICES LECTURAS, AMIGOS/AS!
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